Quesada

Por fin ha escrito Fernando. Tras varios días de observación, se admira por los recuerdos, pero luego no se queda corto:

La verdad es que yo alucino con la memoria que tenéis algunos de vosotros.

Yo sí  tengo algunos vagos recuerdos… el carrito traquetreante de la comida -repugnante-  que llevaba aquellos huevos fritos helados y albóndigas; el larguísimo comedor (o así me parecía) con los profesores comiendo solos en micromesitas. Recuerdo que a veces se compadecían y nos daban trozos de filete.

 

Un episodio con un chico al que llamábamos el ‘diablo de Tasmania’ en el que dejamos sin luz el edificio nuevo..

 

Una especie de cornisa saliente en ese edificio en el que nos metíamos a charlar

 

Las excursiones con sus batallas, lo mismo que las de la Virgen con pelotillas y lo que surgiera.

 

Cuando nos dio por hacer erxperimentos de viaje astral… consistentes en que siete te apretaban el pecho con una carpeta… hasta que te desmayabas casi, claro… veías de todo. 

 

Las cuevas de la Guerra Civil debajo de las pistas de baloncesto del internado… y una alcantarilla o algo así que recorrimos con linternas… bajo la Cruz

 

En fín, que van saliendo cosas al escarbar en la memoria… Pero que me aspen si recuerdo los nombres y las caras como lo hacéis vosotros, canallas…!

 

Saludos a todos

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