Polo

Intento subir las fotos de la Primera Comunión que ha enviado Daniel, pero no lo consigo (bueno, en realidad lo que consigo es abrir una galería en no sé dónde que sólo puedo MOSTRAR o PUBLICAR y que yo en realidad deseo DESTRUIR Y VOLVER A EMPEZAR). Mañana será otro día.

No quería irme a dormir sin dejar claro que hoy ha puesto sus primeros comentarios Javier Núñez-Polo Clivillés (nada de Crivillé), Polo. ¿Le tenía el Manrique más manía a alguien que a Polo?

2 comentarios

  1. A mí me parece que el Manrique era un gran tipo pero, como todos supongo, tenía sus simpatías y los que…no le caían tan bien.

    En lo que recuerdo: Manuel Rodríguez Pérez siempre fue su ‘ojito derecho’; con la letra de Pepe Milán y de Zotes alucinaba, eran de los privilegiados que tenían el honor de que se les devolviera el cuaderno de caligrafía mientras a los demás, tras completarlo, se nos rasgaba inmisericordemente por mucho que te hubieras esmerado con la estilográfica que nos hizo comprar a tal efecto. Eso sí, ¡Qué suspense mientras pasaba las páginas y uno confiaba en que aquélla sí, aquélla era la ocasión de regresar por fin a casa con el cuaderno devuelto!

    Después, a León -pese a lo ganso que era- lo respetaba porque era hijo de Director General, ¡En aquellos tiempos!. El pobre Silva tenía que sufrir aquello de «¡Alejandro Silva Cabaleiro, de Galicia y Montevideo!» pronunciado con acentillo galaico. De Alfonso Sáez Rodríguez -del que Pepe Milán dice coincidió en algún veraneo- el inefable Manrique decía aquello de «¡Me quema la sangre!» mientras, hay que admitirlo, contenía su ira razonablemente motivada al entrar en clase y coger por sorpresa a las pobres víctimas que, en su ausencia, habíamos apaleado en el armario de los abrigos y a quienes ‘Fonsi’ vociferaba ignorante todavía de la presencia del Manrique.

    El que pasó de ídolo colectivo al total ostracismo fue Noel Antolín Chamorro de Vena, ‘el nicaragüense’ que Zotes recordaba: cuando llegó de Managua, tras el terremoto, todos nos deshicimos en regalos y parabienes con él. Pasado el tiempo…aún recuerdo la horda de salvajes que le perseguíamos por el recreo tratando de llevarle al ‘picahuevos’.

    ¿Y el ‘Demonio de Tasmania’ que Sota recordaba? Pero eso es otra historia.

    Egui.

    PD. Como sigamos así Muñiz no va a dormir y yo me voy a convertir en un adicto a la ‘web’.

    • Hola Egui, al que le decía El Manrique ! me quemas la sangre ! era al pobre Michel, al que nunca supimos ni comprendimos, el por qué de tal inquina. pobrecito


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