El 16 de diciembre de 2016 nos vimos las caras un año más en la cafetería que han puesto donde estaba Geni poniendo bocadillos de mejillones hace 40 años.
Todo esto lo escribo en pleno diciembre de 2017, porque en su momento olvidé decir nada de esta comida; pero ahora he buscado y hasta tengo la foto, que debió hacer Pepe Milán y por eso no sale. Lo más destacable, sin duda, del evento es la presencia del hijo de uno de los presentes, que según los observadores más meticulosos avanza por la senda que su padre abrió con esmero y constancia para fortalecer al colectivo de profesionales de la enseñanza, siempre propensos al aburguesamiento y a la acomodación ante alumnos inactivos. Se van a cagar.
Desde que todo ocurrió hasta hoy ha pasado otro acontecimiento reseñable: la jubilación de Geni, que contaron en la web del Estudiantes, y a nuestro web master o community manager o como se diga, le (me) pilló en la playa haciendo el vago.
Creo que es un poco tarde para unirnos al #GraciasGeni, pero lo hacemos incluso superando la no poca nostalgia que despierta en nuestra memoria el saber que ya se jubila con pelo totalmente cano aquel chaval gafotas al que vimos dar sus primeros pasos como pinche en la cantina de Pedro.
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