Sacristán

Hoy, a las 2,39 de la madrugada, Jesús María Sanz Sacristán, que se dejó ver en la comida del sábado pasado y ya había hablado con Carlos por teléfono, pero no estába incluido entre los que habían dado señales de vida porque no había escrito una línea, ha puesto un comentario en la entrada anterior. Bienvenido. Recuerdo que un día echaron alquitrán en el patio del colegio y tú conseguiste que además de alquitranar el campo de fútbol, tu rostro quedase también alquitranado. No completo: sólo un poco dálmata, tipo pecas negras: ¿salpicaduras provocadas por la caída de un balón en un bote de alquitrán?

Debo recordar alguna otra cosa, pero no tan importante.