Villa, que debió estar más tiempo con el Escalona que con el Manrique, estuvo en nuestra clase sólo un año o dos, si no me equivoco por algún desajuste entre su sentido de la disciplina y el del profesorado, siempre más estrecho que el de un gamberro como él. Bienvenido, Jaime.
Dijo que iba a la comida, pero al final no pudo ser.
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