Cocidos podemos

GPIW9390 (1)

Una vez más, un acierto la convocatoria de la reunión anual de ex-alumnos del Sr. Manrique y por definición, damnificados (*) mentales, independientemente de que algunos manifestemos más que otros los síntomas, al menos, a primera vista.

Lo primero que destacaría es el lugar elegido, un garito interesante ubicado en la parte baja de la calle Salitre, es decir, en una sucursal del Magreb, donde el olor a hachís, se mezcla con los vapores de urea procedentes de las numerosas secreciones callejeras. Un verdadero descubrimiento, una barriada donde los autóctonos son de piel oscura, donde sin ninguna razón aparente, en casi todas las tiendas venden pelucas (asombroso) y donde se organizan excursiones guiadas en grupo, con locuciones en árabe para ver las pintadas callejeras.  Los hermanos Eguíluz y yo fuimos testigos de todo esto mientras callejeábamos de forma errática buscando el parking (sin ticket) donde inconscientemente habíamos abandonado nuestros enseres dentro del coche sin sospechar todavía en aquel momento, el inquietante hábitat que íbamos a descubrir al emerger a la superficie.

Como digo, interesante local, donde el cocido – sin ser el mejor del mundo – era muy comible y  desde luego, estaba a años luz de las rancias viandas de otros años y más o menos, por el mismo precio.

La camarera que sirvió la sopa, acertando en un 90% de los platos…  desgraciadamente, falló en el de Silva, al que abrasó una pierna y una mano, sin que diera la impresión de que era la primera vez que le ocurría (a ella).

Una colección de vinos sin criterio geográfico ni enológico completó el menú, digno sin duda, de un elenco como el nuestro.

Concluimos el evento bebiendo ginebras raras junto a dos figuras femeninas — gloriosa doble antítesis de la “porrera del Ramiro” –.  Solamente Nájera parecía estar a su altura (medida de la cabeza al suelo, sin metáforas); pero no solo no nos miraron sino que ni siquiera fueron abordadas patosamente por ninguno de nosotros, lo cual indica claramente en qué nos hemos convertido y ahora sí, por primera vez, lo digo con orgullo.

Yo no me perdería una reunión de estas por nada del mundo… Muñiz, eres un genio, muchas gracias.

(*)  RAE   Damnificado:  “que ha sufrido un daño, en especial cuando es consecuencia de una desgracia colectiva”

Michel

Pongo lo que ha enviado Michel a la redacción del blog para ahorrarme escribir y porque siempre que tengo que entrar aquí me cuesta tanto recuperar las claves y recordar lo que había que hacer para subir una nueva entrada, que cuando llega la hora de redactar estoy agotado, y además no sé bien a qué había venido.

Debo señalar que hicimos más fotos, y que en la que encabeza estas líneas, además de sacar muy poco Tomé (tal vez porque a esas alturas de la reunión ya tomó bastante), faltan Máximo, Daniel, Carlos Rossignoli y Alfonso Sáez, que también estuvieron (y tomaron). ¿Por qué faltan en la foto? ¿Fumaban mientras nos fotografiábamos? ¿No quieren dejar rastro en internet de la vieja amistad que nos une y tal vez compromete futuros nombramientos ministeriales? ¿Huyeron sin pagar? ¿La próstata les obliga ya a ausentarse cada cinco minutos?

Sea como fuere, me encantó veros de nuevo.

Porque vosotros sois los del grupo de teatro de la Facultad… ¿O no?

Venga, un beso a todas y a todos.

Muñiz

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